24 enero 2008

Torrent nunca es suficiente

[A modo de introducción o de disculpa: Problemas de tiempo que, sospecho, se van a prolongar, me impiden escribir con la periodicidad que me gustaría. De hecho, son más de dos meses los que han transcurrido sin dejar una línea por aquí. Hoy rompo este silencio –que, insisto, creo que lamentablemente va a ser habitual- por el estupor y el cabreo que me ha producido saber que la alcaldesa de Torrent compaginará su cargo con el de diputada, al figurar como número 4 en la candidatura por Valencia del PP]


¿Qué? ¿Qué la alcaldesa de Torrent ha accedido a ir en la candidatura del PP del próximo 9-M? ¿Qué además va de número 4, lo que le garantiza prácticamente un escaño en Madrid?

Señora Catalá, ¿a qué estamos jugando? Todavía no ha conseguido tomar las riendas de la ciudad e hilvanar una gestión municipal medianamente coherente, ¿y ya está pensando en asumir otras responsabilidades que además se sustancian a 360 kilómetros de distancia? Y, dígame, si no es molestia, ¿cómo va a compaginar el cargo de alcaldesa de Torrent con el de diputada nacional? ¿En plan días pares lo uno, días impares lo otro? Porque, bromas y tópicos al margen, lo cierto es que la dedicación a un cargo sustrae atención al otro.

No digamos ya si el PP gana las elecciones y usted ocupa cargo en alguna comisión en el congreso o alguna sinecura de similar calado.Y pienso que no es plan ni de defraudar a los vecinos de Torrent, a los que se debe, ni tampoco de decepcionar a los votantes del PP valenciano, a los que se deberá también.

Estoy irritado, sí. A muchos, miles kilómetros de mi querida ciudad y no salgo de mi asombro. No sé quienes son los genios que manejan los partidos. De todos. Unas veces imagino a un corro de supuestos asesores expertos diseñando sesudamente las estrategias que, por supuesto, pasan por halagar al líder (o a la líder), beneficiar al partido y, si preciso es, pisotear a los votantes. Pero otras veces, la mayoría, presiento que esos movimientos, de puro patateros, no pueden en modo alguno obedecer a cálculos teóricos bien estudiados, sino tan sólo a impulsos interesados y personalistas. Algo mucho más pedestre, a lo que se ve. Sea como sea y en ambos casos, como también queda claro, el interés general se la suda.

Me indigné públicamente en su día con Jesús Ros (septiembre de 2004) por esa espantá poco después de un año de revalidar la mayoría absoluta. Evidentemente, quedaba al descubierto que su intención en las elecciones de mayo de 2003 había sido ganar y retirarse para dar promoción a su ungido. Un fraude a los ciudadanos, según mi personal punto de vista.

Pero es que ahora llega María José Catalá y cuando todavía no ha calentado el sillón de alcaldesa (apenas 7 meses desde junio en que tomó posesión) pretende ocupar simultáneamiente escaño en Madrid. A mí que me disculpen, pero no lo entiendo. ¿Tan pocas personas con vocación política hay que hace falta que la alcaldesa de Torrent sea a la vez diputada nacional? ¿Tan escasa es la cantera que fue preciso hace no muchos años que Ros tuviera que ser al mismo tiempo alcalde y diputado autonómico? ¿O es que el potaje se lo guisan y se lo comen los pocos que están en la pomada?

Mi apreciado Arturo García, que en este asunto discrepa totalmente de mi opinión (o yo de la suya), se felicita en su blog por no sé qué cálculos de la representación de Torrent en el ámbito nacional (a nivel nacional, que dirían los de la Logse, pues como es sabido Torrent se sitúa unos 100 metros por arriba del resto del país). Y alude a Eva Amador como única persona de la ciudad hasta ahora que ha ocupado escaño en el Congreso.

Hombre, Arturo, ya que sacas el episodio y ya que lo viví directamente como periodista, permíteme añadir que desde que Eva Amador se fue a Madrid (compaginando el cargo de diputada con el de portavoz popular de Torrent de un grupo con seis ediles) no se ha visto en la ciudad legislatura con una oposición más deslabazada, menos coherente, más anodina y más enfrentada (Ibarra pasó al Grupo Mixto). Un desastre, vaya. No es que la historia se tenga por qué repetir, pero...