17 noviembre 2009

Juan Gurrea

Me quedé helado hace un par de días (domingo 15 de noviembre) al leer por internet el repentino fallecimiento, al parecer por un infarto, del ex concejal socialista de Torrent Juan Gurrea. Aunque nunca llegamos a intimar, a pesar del trato continuado durante más de diez años, su muerte me ha producido un fuerte impacto, sobre todo al considerar su relativa juventud, 53 años.

Estoy igualmente sorprendido del escaso eco que ha merecido este suceso para algunas páginas web de la ciudad, empezando por la oficial del Ayuntamiento de Torrent (ni una alusión a la defunción del ex concejal y de esto la alcaldesa María José Catalá debería tomar buena nota) y pasando por los blogs personales. En toda la blogosfera local sólo he hallado tres pequeñas (y sentidas) referencias en La Sombra de Luis de la concejala Encarna Redón, Valores Políticos de Juan Antonio Castillejo y en el Blog de Ricardo Campos.

En todo caso, justo es reconocerlo, la información del óbito y la semblanza de Juan Gurrea han venido de la mano, más o menos extensamente, de medios como La Opinión, Levante y Las Provincias.

Juan Gurrea, Juangu como le llamábamos, se mantuvo siempre a la sombra, al servicio de los que de verdad mandaban. Tras unos primeros años en la delegación de Sanidad y Bienestar Social, que curiosamente compaginó unos meses con la Concejalía de la Mujer (siendo hasta la fecha el único hombre en Torrent que ha ostentado esta delegación), asumió, sustituyendo a Ximo Planells, la cartera de Hacienda. La economía municipal atravesaba entonces uno de los momentos más difíciles y ese cargo le costó no pocos disgustos, quebraderos de cabeza y, posiblemente, su propia salud. Tuvo que lidiar en esos primeros tiempos con los complicadísimos números de Torrent, que eran un auténtico rompecabezas; con un interventor afín al PP que jugaba a la contra (más tarde lo cambiaron); y con José Luis Ibarra enfrente, que de cifras se lo sabía todo. No era poca cosa.

Que su salud no era precisamente de hierro quedó constatado en diferentes episodios. No sabría decir exactamente el año, posiblemente recién entrados los 90, pero creo que los periodistas que estuvimos presentes en la sala no podremos olvidar aquella tarde en la que, en mitad de su primera intervención en el pleno de los presupuestos municipales, a Juan Gurrea se le empezó a trabar la lengua. Recuerdo especialmente la reacción de José María Veguer, que asustado pidió casi a gritos “que le dieran algo”. A Veguer se le sumaron otros miembros de la corporación porque aquello realmente tenía muy mala pinta. Aunque algunos minutos más tarde la sesión se reanudó normalmente aquel percance evidenciaba la enorme tensión que Gurrea había acumulado preparando el debate.

Años más tarde, en 1998, tuvo que ser hospitalizado por un achaque cardiaco. Parece que a ello “contribuyó” un informe técnico muy desfavorable de un alto funcionario municipal en el que criticaba ferozmente muchos de los números del gobierno local. Los medios de comunicación que tuvimos acceso a dicho informe lo habíamos, obviamente, difundido, lo que sin duda había acrecentado (involuntariamente, qué duda cabe) las tribulaciones del ya de por sí atribulado edil. Cuando, acompañado de otra periodista, fui a visitarlo al hospital, lo primero que nos espetó entre el reproche y el humor fue, literalmente: “qué cabrones sois”.

Afortunadamente se recuperó de aquel trance y continuó con su labor al frente de la Hacienda local. Muy pocos meses después, en 1999, yo abandoné la prensa local y le perdí la pista del día a día. Seguí sabiendo de él, al igual que de otros concejales, por los medios de comunicación y por conversaciones con compañeros periodistas.

En lo personal apenas tuve relación con él, más allá de un trato siempre educado y cordial, pero muy lejos de las camaraderías y confianzas de otros concejales. Tengo para mí que huía de la prensa como el gato del agua hirviendo. Hasta donde sé, mantenía excelentes relaciones con sus compañeros en el gobierno local de entonces Severino Yago, Jesús Fargallo y con Pepe Bresó, su gran valedor político.

El domingo, como decía, me enteré desde muy lejos de que Juan Gurrea ha fallecido inesperadamente. Reconozco que la noticia me ha impactado mucho. Descanse en paz y un abrazo para toda su familia y a todos los que le querían.

1 comentario:

joel dijo...

Campeon, ¿por donde andas?. Un abrazo. Soy Joel.