15 enero 2012

Reflexiones en torno al "marrón" que le cayó a Catalá

En contra de las alharacas y enhorabuenas que leí en los medios locales y valencianos, ignoro si sinceras o motivadas por aquello de hacer de la necesidad virtud, cuando supe que a María José Catalá la “elevaban” a Consellera de Educación debiendo abandonar la alcaldía de Torrent pensé: “menudo marrón le ha caído a esta mujer”.

No es ningún chollo, con la que está cayendo, dejar el abrigado puesto de máxima autoridad de una ciudad como Torrent, donde se es todo, para ocupar cartera en un Gobierno autonómico sujeta a la discrecionalidad de un presidente (Fabra) que a la primera remodelación te deja fuera.

No comparto tampoco, contrariamente a opiniones expresadas por los afines a Catalá y por la interesada misma en su lacrimógena intervención al día siguiente de conocer la noticia, que Torrent vaya a estar mejor representada en el gobierno valenciano con su entrada. Que yo sepa las consellerias no son feudos del conseller de turno donde éste se dedica a barrer para su pueblo. Puede que algún asunto educativo se acelere, pero en general la nueva consellera se atendrá al cronograma de prioridades del Gobierno valenciano.

Los socialistas, como es normal, han arremetido contra la exalcaldesa por dejar su cargo unos pocos meses después de ser elegida. Imagino que lo hacen con la boca pequeña, pues todavía “viven” demasiados de los que fueron testigos de la dimisión de Jesús Ros, septiembre de 2004, motivada única y exclusivamente para que su sucesor se promocionara en la alcaldía. Catalá tiene al menos la justificación del llamado de Fabra a su gabinete.

Pero, pese a que ambas situaciones son distintas, me sigo preguntando qué mueve a un partido (en este caso el PP) para arrancar de su responsabilidad a una alcaldesa recién elegida por sus conciudadanos. Desde luego, escrúpulos cero y respeto a los votantes menos todavía.

En cuanto a la nueva alcaldesa, Amparo Folgado, tengo que reconocer que la noticia –como se dice aquí- me cogió en curva. No la esperaba. Por mi obvio alejamiento del día a día local ignoraba el peso –grande, visto lo visto- que tenía en el equipo de Gobierno. La conozco desde 1995 cuando ocupó la asesoría en el ayuntamiento del grupo Popular de su entonces portavoz Benito Nemesio. Mis diarias visitas como informador al despacho del grupo popular motivaron que se estableciera una simpatía mutua. Sinceramente, la tengo por una persona muy trabajadora, discreta, leal y algo tímida. Desconozco su carisma como política porque, repito, en mi alejamiento físico no he seguido su trayectoria como edil. Pero, por supuesto, le deseo toda la suerte en su gestión como máxima autoridad de Torrent, que será la suerte de todos los torrentinos.

2 comentarios:

Manuel Amate dijo...

Muy buena reflexión, la distancia no te ha restado olfato periodistico local,

Un saludo

Anónimo dijo...

Joder, José Luis, no te hagas esperar tanto la próxima vez...
Un saludo.